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El retrato va más allá de una foto a una persona mirando a cámara, con la sola intención de ser capturada. Cuando hagamos retratos juguemos con sueños, con fantasías, con facetas, y cuando hablo de esto no quiero parecer un erudito en la fotografía de retrato, no lo soy, pero lo que si he aprendido con la experiencia que he ido ganando es que las personas cuando quieren un retrato muchas veces dan rienda suelta a sus más intimos deseos, del como quieren ser percibidos por los demás, tal vez de lucir de una forma distinta a su diario vivir por que no quieren ser uno más del montón. Es ahí , donde el fotógrafo se convierte en un fabricante de pensamientos, en este retrato de un muy buen amigo de hace años es un claro ejemplo, él se desempeña como docente pero con el tema pandemia debió estar en casa como mucha gente.. se dejó crecer el cabello y la barba de forma no habitual por su mismo empleo, y cuando vi esa peculiaridad le pregunté que si le gustaría tener un retrato con un estilo rústico, "leñador" jaja . Accedió y tuvimos un muy buen resultado, la verdad no usé luces de estudio por que no las tengo, solo un flash de zapata a la parte superior de la cámara, un 50 mm y la complicidad con el potencial modelo para tener este resutado. Entonces, cuando quieras hacer retratos, busca más allá de lo superficial, de lo que todo el mundo puede ver... la comunicación entre el modelo y tú es la clave, es la oportunidad de resaltar muchos rasgos de esa persona que tal vez ignora y que son muy positivos, o también potenciarlos, ojos, cabello, estatura... las personas somos un universo de facetas que en la fotografía vale la pena explorar.