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La vida tiene muchos contrastes y esta fotografía es un ejemplo de ello. En un viaje por la selva peruana me encontré con esta escena, sin comprender completamente saqué la cámara y pude hacer algunas tomas, llovía y el paisaje era increíble lleno de vida; sin embargo, ver un gran caimán muerto y sobre el un gallinazo cambió el paisaje y lo volvió un tanto desolador. 

El hecho, luego narrado por los guías, es que cazadores furtivos mataron el gran reptil, le cortaron la cola y abandonaron el cuerpo en el río para que la naturaleza se haga cargo; esto sucede con frecuencia ya que esa parte del cuerpo (la cola) es apreciada por su carne y piel. 

Hacer fotos de la naturaleza es increíble, uno percibe la majestuosidad de sus especies; pero, es imposible no poner atención de nuestro efecto negativo en ella y como áreas de conservación de especies sienten la presión de las ciudades contiguas con una poca o nula presencia del estado. Nuestro gran desafío a corto plazo es revertir la tendencia de degradación de la naturaleza.