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Observación de osos en los Andes Ecuatorianos

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Hace unos días, vivimos uno de esos encuentros que dejan huella. Tuvimos un momento muy especial con un oso andino. Nuestro enfoque siempre es observar con respeto y mantener la distancia, pero ese día el encuentro se dio de forma natural. Mantuvo la calma mientras se alimentaba, y nosotros mantuvimos una distancia prudente, atentos a no incomodarlo en ningún momento.

Pasamos un buen tiempo observándolo en silencio, siempre pendientes de su comportamiento y asegurándonos de que nuestra presencia no alterara su rutina. Para nosotros, eso es lo más importante: el bienestar del animal está por encima de cualquier fotografía o registro.

Lo más emocionante fue notar que se trataba de un nuevo individuo, uno que no había sido registrado antes. Envié las fotos a los guarda-parques y me dijeron que efectivamente se trataba de un nuevo ejemplar. Y esto refuerza una idea que me ilusiona mucho: darles identidad a estos osos, ponerles nombre, contar sus historias, y lograr que esa conexión llegue a más personas, a las comunidades locales, a los viajeros que nos acompañan y a todos quienes valoran la vida silvestre.

A lo largo de estos años, he venido recopilando información y, sobre todo, registros fotográficos de los individuos que he podido observar. Este trabajo me ha permitido empezar a identificarlos, ver patrones de comportamiento de cada individuo, zonas clave de alimentación, y también áreas sensibles donde es fundamental establecer mejores protocolos de observación, para que nuestra presencia no se convierta en una presión adicional sobre la especie.

Cada encuentro es una oportunidad para aprender, conectar y conservar. El oso andino es una especie tan única como amenazada, y proteger su hábitat exige no solo admiración, sino compromiso real.

Por eso, quiero invitar a más personas a sumarse al esfuerzo de identificación y monitoreo de estos osos. Entre todos, podemos construir una historia colectiva de conservación en Ecuador, en la que cada imagen, cada observación, y cada dato contribuya a generar un impacto real. No se trata solo de acumular fotos en un archivo, sino de usar esas imágenes para inspirar respeto, conocimiento y acción en favor de una de las especies más emblemáticas de nuestros Andes. ¿Te gustaría ser parte de esto?

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