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Dicen que cuando se sueña en el periodo asignado para dormir, en realidad no se descansa; algunos aseguran que nada bueno viene de soñar, pues implica el no-descanso del cerebro. A mí me pasa todo el tiempo.

Y no sólo eso, resulta y resalta que el estilo de aprendizaje con el que nací es el auditivo visual, por lo que TODO el tiempo estoy generando imágenes mentales para poder ser organizada. Por ejemplo, cuando dejo mi auto en un estacionamiento, me aseguro de crear una 'foto mental' de dónde dejé el boleto, porque literal: si no lo hago, olvido dónde lo dejé (después de pagar un tercer boleto perdido, me generé la disciplina de hacerlo siempre). Los chats en general, también me ayudan, pues en muchas ocasiones genero 'fotos mentales' de las conversaciones y así tengo la información al día para retomar casi cualquier tema.

Volviendo al tema, soñar para mí es todo un deporte. Durante los 13 años anteriores a hoy, me he dedicado a la producción multimedia, aprendí sobre encuadres, color o su ausencia, tomas, ángulos, conceptualizar historias... y eso afecta (o beneficia) mi capacidad para soñar (o esa idea es la que he hecho propia), pues -no me lo van a creer-, pero a veces sueño a color, otras en blanco y negro, a veces me aviento unos planos secuencia bárbaros... en fin. Lo interesante es que de manera esporádica, sueño que viajo por el mundo (actividad que me encanta, ¿a quién no?) y que conmigo viaja mi celular y mi viejita canon T3i... desde campos florales hasta la arquitectura más compleja, y todo ¡LO FOTOGRAFÍO!, no sólo eso. Casi siempre veo el material en mi sueño (la acción de consultar mi cámara para asegurarme que la foto salió bien), o se lo muestro a alguien más (seguimos en mi sueño), lo más bizarro: hasta lo comparto en instagram. (jaja!)

Bueno, eso no es tan interesante como el hecho de recordar todas esas fotografías, a veces me encuentro con tristeza que son imágenes que nunca tendré en físico y que nunca podré mostrar a alguien más. Sin embargo, esto tampoco es malo, pues de cierta manera son las fotos que son sólo para ti... (y se vale). Ahora bien, pensemos en esto como una práctica aterrizada a la realidad, donde visitas lugares reales o vives tu día a día y suceden cosas que nunca más verás y en donde infortunadamente, ninguna cámara te acompaña, ¿qué hacer? ¡DISFRUTAR Y HACER CLIC!, pero con la memoria del cerebro y del corazón; (una vez vi un amanecer en donde a lo lejos se veía el Popocatépetl y del lado derecho salía apenas el sol, esa imagen no la tomé, pero la tengo vívidamente guardada en mi cerebro, como si fuera real).

Al final de cuentas, son imágenes que nunca tendremos y sin embargo, existen.