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La "temporada" de la Vía Láctea. Una gestión celeste para fotógrafos y viajeros

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La “temporada” del centro galáctico, esa ventana de tiempo en la que el corazón de nuestra galaxia se despliega con toda su majestuosidad, es visible entre febrero y octubre de cada año en las latitudes del hemisferio sur. Durante este periodo, el resto del arco galáctico sigue teniendo presencia, pero el protagonismo absoluto pertenece al núcleo. Esta etapa coincide, además, con la temporada de lluvias en la región del Ande Central, lo que suma un desafío adicional para los astrofotógrafos: encontrar cielos despejados.

Un escenario único. Uyuni y el inicio de la temporada

Con la seguridad de cielos despejados y gracias a sus condiciones geográficas, Uyuni, en Bolivia, es el lugar perfecto para comenzar esta temporada desde marzo. Las lluvias que terminan dejan el Salar inundado, formando un espejo natural que duplica la imagen del espacio sideral, creando una sensación de infinito, magia y asombro. Éste es un destino por excelencia para la fotografía del centro galáctico durante casi toda la temporada.

El rol del clima. Cielos despejados y circulación atmosférica

El despeje de nubosidad de sur a norte, que hace de marzo el inicio ideal para fotografiar el núcleo galáctico en Uyuni, se debe principalmente a la circulación atmosférica y los patrones climáticos. Durante este mes, el anticiclón del Pacífico Sur se intensifica, generando vientos que despejan las nubes en la región sur (-20° a -25° latitud). A medida que avanzamos hacia mayo, estos vientos continúan y se expanden hacia el norte, reduciendo la densidad de nubes en latitudes más altas (-10° latitud).

La dinámica del núcleo galáctico

El núcleo galáctico no solo cambia su posición a lo largo de la temporada, sino también su relación con el horizonte y la duración de su visibilidad. En febrero y marzo, el núcleo aparece en las primeras horas de la madrugada, permitiendo fotografías con paisajes terrestres iluminados por la tenue luz del crepúsculo. Para mayo y junio, su ascenso temprano al anochecer permite una ventana más amplia para experimentación técnica y composiciones complejas.

Detalle técnico de la tabla

Para lograr una planificación precisa, me tomé el tiempo de analizar día por día del año 2025 utilizando herramientas como PhotoPills. Este análisis se centra exclusivamente en las latitudes de 10° a 25° sur, ya que la mayor parte de la información disponible tiende a priorizar latitudes mayores en Norteamérica y Europa. La tabla acompañante refleja el inicio y fin de la visibilidad del núcleo galáctico por mes, comenzando desde el crepúsculo astronómico hasta el alba. Esta información es particularmente útil para los residentes y viajeros que desean optimizar sus tiempos de observación en el hemisferio sur, enfrentando los retos climáticos de esta región.

Reflejos y composiciones únicas Una de las maravillas de fotografiar el núcleo galáctico en el Salar de Uyuni es la posibilidad de incluir reflejos perfectos en las composiciones. Estos reflejos no solo duplican el impacto visual del cielo estrellado, sino que también exigen un enfoque técnico particular: exposición equilibrada, ajustar la exposición para capturar tanto el cielo como su reflejo en el agua. Una exposición demasiado larga podría sobreexponer las estrellas, mientras que una muy corta podría perder detalles en el reflejo. Composición simétrica: usar el reflejo como un eje central que divida la imagen, creando una sensación de infinito. Evitar distorsiones: Optar por lentes gran angulares con corrección de distorsión para mantener las líneas naturales del horizonte.

Narrativa visual y significado Fotografiar el núcleo galáctico no es solo un ejercicio técnico, sino también una oportunidad de conectar con la inmensidad del universo. Bajo cielos despejados y con el reflejo infinito del Salar de Uyuni, cada disparo invita a explorar nuestra pequeñez y nuestra relación con las estrellas. Este fenómeno efímero, ligado al tiempo y las estaciones, nos recuerda la importancia de la paciencia y la planificación en la fotografía de paisaje y astrofotografía.
La temporada del centro galáctico es mucho más que un evento astronómico: es una experiencia que une la ciencia, la técnica y la sensibilidad del observador.

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