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Creer en el verdadero amor no es tan dificil cuando creces junto a una pareja que lleva casi 40 años casado.

Escuchar como él se levanta todos los días a las 7am para prepararle su desayuno y llevárselo hasta el cuarto comenzando el día de ambos con un "buenos días" seguido de un dulce beso y finalmente un "te amo".

Ver como ella le lee el periódico debido a que él ya no es capaz de leer bien, narrándolo con tanto entusiasmo especialmente cuando se trata del equipo de futbol favorito del otro.

Por el medio día, el exquisito aroma de su comida favorita ingresa a sus fosas nasales y una sonrisa no tarde en aparecer en su arrugado rostro. Ese aroma lo anima a levantarse y arreglar la mesa para ambos mientras ella termina de cocinar. "Te salió delicioso, negrita, como siempre..".

Los paseos en la tarde luego de haber tomado una pequeña siesta no podrían faltar, agarrados de las manos caminaban por las calles mientras platicaban que paradas iban a realizar en el camino. A pesar de tener 80 y 90 años mantienen mucha energía en su cuerpo.

Después de la larga caminata y con unos cuantos panes que compraron, se sientan a tomar el lonche juntos viendo un nuevo capítulo de su novela en el canal dos.

Junto al cielo oscuro, unas pequeñas gotas de lluvia se aprecian por la ventana y un viento resopla con fervor esa noche. Él llena con agua caliente una bolsa térmica y coloca la pijama de ella alrededor de la bolsa para calentarlo mientras alista la cama para dormir.

Un "buenas noches" se escucha como un susurro en el silencioso cuarto, al igual que el "te amo" que exclaman ambos, seguido de un suspiro que provoca que cierren sus ojos dando por finalizado su día para empezar el siguiente cuando el primer rayo de luz entre por la ventana.

"No esperes menos que eso" escucho a mi costado y solo atino a sonreír mientras veo a mis abuelos sentados en el sillón viendo una novela.